El 17 de marzo, despues de la visita de Guillermo Jimenez, director del Instituto de Medicina Genómica, mientras realizaba un recorrido por las instalaciones de la feria, un par de policias municipales me abordaron y me expresaron una serie de problemas por los que atraviesa la corporación, me comprometí a hacerlos públicos y pugnar porque mejoraran sus condiciones de trabajo. Ofrecí una entrevista que fue publicada en varios periodicos de Tepic hablando de las carencias que enfrentaban los policias tepiqueños, misma que fue puntualmente contestada por el regidor presidente de la comision de seguridad publica del cabildo. Guillermo Aguirre, en su columna Serpentina, comentó las dos notas en su columna y, como ha sido mi costumbre, le escribi una carta para precisar los puntos centrales de esta nueva polémica. Aqui reproduzco integramente la carta.
Estimado Guillermo:
Como siempre leí con mucho interés tu columna y encontré un comentario donde aludes a las declaraciones del Regidor Presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Tepic donde plantea que mi advertencia acerca de las carencias que me fueron denunciadas por agentes de la policía local estaba “desinformada” e incluso que tenían la intención de “politizar” las “cuestiones de la policía”, por lo que haré las siguientes precisiones.
1, En primer lugar, el tono de la respuesta evidencia una negación a los problemas que atraviesa la seguridad pública en nuestra ciudad. Si bien es cierto que el actual ayuntamiento ha invertido recursos en esta área no podemos pensar que todos los problemas estén resueltos. Los policías desarmados que me abordaron, el pasado 10 de marzo en las instalaciones de la feria eran muy reales. Yo me encontraba saludando al rector de la UT de la Costa que estaba en compañía de varios periodistas a la entrada del stand de muestra gastronómica del municipio de Tecuala. Uno de los gendarmes fue tan explícito que me mostró su funda vacía, solicitándome que hiciera algo para remediar esa situación. El compromiso que hice con ellos fue hacer pública su denuncia para que los funcionarios responsables tomaran cartas en el asunto.
2, Sin embargo, esta denuncia no era la primera que recibía. Meses atrás habían estado en mi oficina de Tepic un grupo de policías municipales, acompañados por los regidores del PRD, para expresarme lo siguiente; A) Que no contaban con suficiente armamento y parque, pero que además había una discriminación en la distribución de las armas de cargo. B) que las condiciones laborales eran indignas. Me hablaron de dos clases de policías, unos que tenían prestaciones y otros que no las tenían. En esa ocasión, se presentó una mujer policía que estaba gravemente enferma de cáncer cervico uterino y que estaba siendo maltratada por los mandos de la corporación que le negaban el servicio médico. Tiempo después, la ex-regidora Mirna Ortiz hizo público este caso, pidiendo la atención para la agente enferma. C) Se quejaban de que no existían las suficientes patrullas para cubrir toda la ciudad y que algunas de ellas se dedicaban a cuidar las casas de los principales funcionarios municipales, descuidando con ello la vigilancia de las colonias y barrios de la ciudad, pero, E) Sobre todo se quejaron de malos tratos y represión. El caso del oficial de apellido Alcántara, despedido por el actual presidente municipal, fue una lección para aquellos que se han atrevido a protestar.
3, Quizá haya más problemas, pero en los encuentros que sostuve con ellos, fueron los que mencionaron. Ni los soñé ni los inventé. Lo preocupante es que el cabildo actual pretenda ignorarlos. Quizá haya hecho falta en las declaraciones del Regidor, una pequeña dosis de objetividad, quizás de humildad, que reconociera que hay carencias pero que están haciendo todo el esfuerzo para corregirlas y no quieran ver, en una pequeña observación, la intención de politizar el tema.
Coincidirás conmigo, estimado amigo, que el tema de la seguridad nos atañe a todos sin distingo de partidos o creencias religiosas y la verdad me preocupó la denuncia que me hicieron, en un lugar público, policías desarmados que todos suponemos, están allí para protegernos a nosotros y a nuestras familias.
Espero que los funcionarios municipales tomen con la debida seriedad esta información y no vean intenciones malsanas o perversas donde no la hay. Si hay problemas, que los corrijan, si no los hay, pues que no. Tan simple como eso.
Tu amigo
Javier Castellón
Estimado Guillermo:
Como siempre leí con mucho interés tu columna y encontré un comentario donde aludes a las declaraciones del Regidor Presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Tepic donde plantea que mi advertencia acerca de las carencias que me fueron denunciadas por agentes de la policía local estaba “desinformada” e incluso que tenían la intención de “politizar” las “cuestiones de la policía”, por lo que haré las siguientes precisiones.
1, En primer lugar, el tono de la respuesta evidencia una negación a los problemas que atraviesa la seguridad pública en nuestra ciudad. Si bien es cierto que el actual ayuntamiento ha invertido recursos en esta área no podemos pensar que todos los problemas estén resueltos. Los policías desarmados que me abordaron, el pasado 10 de marzo en las instalaciones de la feria eran muy reales. Yo me encontraba saludando al rector de la UT de la Costa que estaba en compañía de varios periodistas a la entrada del stand de muestra gastronómica del municipio de Tecuala. Uno de los gendarmes fue tan explícito que me mostró su funda vacía, solicitándome que hiciera algo para remediar esa situación. El compromiso que hice con ellos fue hacer pública su denuncia para que los funcionarios responsables tomaran cartas en el asunto.
2, Sin embargo, esta denuncia no era la primera que recibía. Meses atrás habían estado en mi oficina de Tepic un grupo de policías municipales, acompañados por los regidores del PRD, para expresarme lo siguiente; A) Que no contaban con suficiente armamento y parque, pero que además había una discriminación en la distribución de las armas de cargo. B) que las condiciones laborales eran indignas. Me hablaron de dos clases de policías, unos que tenían prestaciones y otros que no las tenían. En esa ocasión, se presentó una mujer policía que estaba gravemente enferma de cáncer cervico uterino y que estaba siendo maltratada por los mandos de la corporación que le negaban el servicio médico. Tiempo después, la ex-regidora Mirna Ortiz hizo público este caso, pidiendo la atención para la agente enferma. C) Se quejaban de que no existían las suficientes patrullas para cubrir toda la ciudad y que algunas de ellas se dedicaban a cuidar las casas de los principales funcionarios municipales, descuidando con ello la vigilancia de las colonias y barrios de la ciudad, pero, E) Sobre todo se quejaron de malos tratos y represión. El caso del oficial de apellido Alcántara, despedido por el actual presidente municipal, fue una lección para aquellos que se han atrevido a protestar.
3, Quizá haya más problemas, pero en los encuentros que sostuve con ellos, fueron los que mencionaron. Ni los soñé ni los inventé. Lo preocupante es que el cabildo actual pretenda ignorarlos. Quizá haya hecho falta en las declaraciones del Regidor, una pequeña dosis de objetividad, quizás de humildad, que reconociera que hay carencias pero que están haciendo todo el esfuerzo para corregirlas y no quieran ver, en una pequeña observación, la intención de politizar el tema.
Coincidirás conmigo, estimado amigo, que el tema de la seguridad nos atañe a todos sin distingo de partidos o creencias religiosas y la verdad me preocupó la denuncia que me hicieron, en un lugar público, policías desarmados que todos suponemos, están allí para protegernos a nosotros y a nuestras familias.
Espero que los funcionarios municipales tomen con la debida seriedad esta información y no vean intenciones malsanas o perversas donde no la hay. Si hay problemas, que los corrijan, si no los hay, pues que no. Tan simple como eso.
Tu amigo
Javier Castellón
