sábado, 2 de enero de 2010

EL PAQUETE 2010


El paquete fiscal 2010 ha sido, por muchas razones, el tema a discusión mas controvertido y farragoso que me ha tocado vivir en los 3 años que tengo en el senado. Mucho más que el difícil tema energético de abril del año pasado que polarizó al país entero, en esta ocasión, la pretensión de una carga impositiva que afectaba a todos los sectores del país y que originó una gran ola de indignación que recorrió a todos los estratos sociales de México; ricos y pobres, asalariados y empresarios, grandes consorcios, pequeños y medianos empresarios, profesionistas libres y académicos. A diferencia de otras acciones del gobierno federal que han contado con un respaldo incondicional de los medios televisivos, en esta ocasión, ni ese apoyo se veía claro. Por esa razón, la capacidad de presión para modificar la propuesta del gobierno se manifestó desde el primer momento y arreció cuando las modificaciones iban de una a otra cámara.

Sin embargo, fue notorio quien tuvo la fuerza suficiente para ejercer la presión y modificar las condiciones del paquete;

Los gobernadores priistas, encabezados por Peña Nieto, quienes negociaron por mas dinero del presupuesto federal, cambiar de 15 a 16% de IVA por el engañoso 2% al consumo que había sido presentado por el gobierno como "impuesto contra la pobreza".

Los senadores priistas que se ausentaban o llegaban a la sala de sesiones conforme se iba dando la votación. La pretensión futura de cada quien privó siempre en su veleidosa presencia. Votaban en lo general los dictámenes pero no en lo particular y con ello pretendían justificarse ante sus electores, no por nada su actitud fue catalogada como "mariconeria" por la senadora panista Beatriz Zavala.

Los senadores "verdes", encabezados por el mismísimo ya no tan "niño verde", quienes hablaban de uno por uno con los legisladores. Tratando de convencerlos para que votaran por la aprobación de un transitorio de la Ley de Derechos que exentaria durante dos años del pago de impuestos a las empresas que ganaran las licitaciones de las nuevas frecuencias de telefonía móvil. Desencajados y despeinados, iban y venían de los escaños tratando de conseguir los votos necesarios. Lograron conseguir muchos que votaron a favor y de otros que se salieron pero no pudieron lograr mayoria en el senado, pero la consiguieron fácilmente en la cámara de diputados. Decían que traían chequera abierta. No me consta, pero lograron doblegar a varios.

Las empresas de todo tipo que cabildeaban en las afueras del salón de sesiones y que llegaban a jalar el saco o el vestido, de las legisladoras o legisladores según fuera el caso, tratando, a veces de manera grotesca, de influir en las decisiones. Hubo uno, que no se como entró al salón, que casi se sube a mi escaño para indicarme el sentido de una votación. Siempre me pregunte quien habia dejado pasar a ese tipejo al salón de plenos, aunque a las 3 de la mañana cualquiera se podía colar al recinto.

Los grandes intereses estuvieron ahí representados, con cabilderos, legisladores, llamadas, o acuerdos. Pasaban una y otra vez sobre los legisladores. Quizá la única manifestación de apoyo ciudadano, mas que de presión, lo dio la comunidad de redes sociales en México, sobre todo de twitter y facebook, que presionaban a su modo, con twitts, mensajes o llamadas para evitar el impuesto al internet.

Como es natural, cada legislador traiamos nuestra propia carga de interés de la que no podiamos despojarnos. En mi caso vote en contra de todos los impuestos, en especial de 2; el de telecomunicaciones porque me parece una barbaridad tasar per se, las nuevas tecnologías de comunicación y por ende impactar negativamente en el cierre de la brecha tecnológica entre los sectores de menores y altos ingresos, y el de incrementar desproporcionada y abruptamente los impuestos a los cigarrillos. Aun cuando eso pudiera parecer políticamente incorrecto y corriendo el riesgo de que cualquiera interprete que defiendo intereses de las compañías tabacaleras, no puedo traicionar mi origen de nacimiento; Del corazón de la mayor zona tabaquera del país, ni olvidar los beneficios que un cultivo legal como este ha dejado en los productores, jornaleros, comerciantes y prestadores de servicios en la zona costera de Nayarit.

Ciertamente, todos los legisladores jugamos un interes, pero no todos representamos intereses legítimos y nobles en la discusión. Algunos estuvieron desde el principio, con los principales poderes fácticos de México y otros cercanos a ciertos grupos de ciudadanos con objetivos específicos. No hace falta decir quien ganó. Fue demasiado evidente.


No hay comentarios: