martes, 27 de enero de 2009

LOS EXPRESIDENTES ANTE LA CRISIS

Resultó muy enriquecedor el ejercicio de reflexión en la primera jornada del seminario “México ante la crisis, que hacer para crecer”, porque después de los discursos de César Duarte, Gustavo Madero y Carlos Navarrete, los expresidentes que acudieron al llamado de los legisladores mexicanos cumplieron con las expectativas de darnos chispazos de su experiencia y conocimiento de cómo gobernar en tiempos de crisis.

Jose María Sanguinetti,, dos veces presidente de Uruguay, comenzó felicitando al congreso mexicano por el ejercicio convocado, “no es una imposible búsqueda de consensos más que la construcción de los mínimos acuerdos” ante un tema tan complejo. Sanguinetti cito a Octavio Paz, a Carlos Fuentes y se llevó la admiración por la lucidez de sus planteamientos. Llamó a buscar un reequilibrio entre la sociedad, el mercado y el estado. “ha terminado la época del mercado como conductor único de la economía” y fijó como metas inmediatas para enfrentar; “empleo y seguridad”, sentenció, deben ser las prioridades y la creación de condiciones de inversión de parte de los estados deben ser resultado de un conjunto de circunstancias que generen mecanismos de confianza que atraigan el dinero que producirá los empleos y la riqueza en un país. “y se debe hacer sin romper los equilibrios entre paz, orden y libertad, pues si falta alguno de esos ingredientes, se corre el riesgo de perderlo todo”

Romano Prodi, ex primer ministro italiano puso énfasis en la urgencia de la toma de decisiones para enfrentar la crisis de parte de los gobiernos, “inmediatas y generales, que muevan a todo el país”. Recomendó la construcción de mercados regionales entre países cercanos y afines, con reglas claras y equitativas a arriesgar con un multilateralismo dominado por uno o dos países más poderosos que los demás. “Este tipo de crisis seguirán ocurriendo mientras no se logren cambios en las reglas internacionales de circulación de capitales y de mercancías” sentenció.

Ricardo Lagos, constructor de la transición chilena a la democracia fue muy enfático. “la crisis económica es también una crisis de las ideas, y hay que entender que la relación estado-mercado es de consumidores y la relación sociedad-estado es entre electores y no deben confundirse la una con la otra” Para Ricardo Lagos, los retos fundamentales son los mecanismos que disminuyen el impacto de la crisis; el primero es el financiamiento, asegurarlo es prioridad aún a costa de los banqueros, el segundo es el dilema del aumento de la inversión que pueda ser pública o privada y donde el gasto en infraestructura deberá ser fundamental, “es mejor hacer 10 o 20 pequeños caminos que una gran autopista, no sólo porque es más rápido el impacto de la inversión , sino porque crea empleo e ingresos en un territorio más grande” y el tercero es como superar el drama social del desempleo, mediante programas de capacitación laboral masivos, “que alcancen un 20% de la fuerza de trabajo nacional al año, lo cual significa que en 5 años, los trabajadores del país se habrán capacitados en nuevas tecnologías, nuevos procedimientos y formas de organización distinta, para ello es mejor pagar a los trabajadores desempleados para que se capaciten y con ello crean consumo, que desgravar impuestos a empresas porque no se sabe si repercutirá directamente en la demanda” El presidente Lagos terminó diciendo que para lograr esto “no solo se ocupa los operadores económicos, se privilegia la política como una forma de construir los acuerdos mínimos que logren concretar los programas”

Felipe González, brillante como siempre, histriónico y dominador del micrófono, atajó el momento diciendo que siempre es bueno pasar estos momentos de crisis porque aprovechamos para reflexionar como actuar para salir de ella y corregir lo que estaba mal. Para el socialista español, era evidente que el sistema financiero se “asemejaba aun casino” y no soportaba más la borrachera en que estaba viviendo. “hoy vivimos la resaca de esa parranda” y volvió a plantear el tema de las regulaciones y la necesidad del estado para controlar los excesos del mercado. Sin embargo, durante estos años, ”la mano invisible del mercado ha sacado a empujones a la política y a los políticos del plano social” y ello llevó a una confusión de economía del mercado con la sociedad de mercado que tienen objetivos distintos. Con la ironía de siempre, González bromeó “El estado que requiere el capitalismo actual, se asemejaría a las chicas de Ipanema, que se pasean en las playas brasileñas, sin un gramo de grasa, pero sin que se les vean los huesos” esto significa, un estado ágil, eficiente, previsible, confiable y transparente.

Posteriormente se discutieron temas que tienen que ver con el narcotráfico y la responsabilidad de estados Unidos en su combate, la amenaza del multilateralismo sin límite, el desequilibrio ecológico, la pobreza y la desesperación social.

Fueron dos horas de charla amena que cumplieron con las expectativas, picante también, la charla entre bambalinas.

México, DF a 27 de enero, 2009

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