Casi nunca me quedo los fines de semana en el DF. La intensa presión en Tepic me hace pensar, paradójicamente, en el DF como un lugar de descanso y estudio. Había viajado a nayarit desde el jueves por la noche y regresado el sábado acompañado de Manuel y Judi que iban al concierto de Bjork en la barranca de Huentitan.
Una maniobra juvenil de un amigo de mis hijos, que lleno la camioneta de muchachos que iban rumbo al festival musical, me obligo a dirigirme anticipadamente y en taxi, al aeropuerto y tratar de tomar un vuelo temprano a la ciudad de México. Eso me dio oportunidad de llegar tranquilo, sentarme a leer y deambular por los pasillos. Sorpresivamente, me encontré con Jesús Ortega, quien hablaba por teléfono en uno de los sillones de la sala de espera. Me saludo afectuosamente y le confirmé que iba especialmente al acto de apoyo a su precandidatura y que me daba gusto encontrarlo. Minutos mas tarde nos llevamos otra sorpresa, al entrar al avión, en los primeros asientos, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas leía un periódico local. Al vernos, esbozo una sonrisa posible, y saludo afectuosamente a Chucho, “como te va, Jesús”, “Bien, ingeniero, aunque ya ve como se están complicando las cosas”, “parte de la diversión” le contestó el fundador del PRD con la sonrisa totémica de siempre. Yo solo pase de largo y lo salude de mano, “Javier Castellón, de Nayarit, ingeniero” “Si como no, gusto en saludarlo,” fue su respuesta.
Al dia siguiente, el acto matutino estuvo interesante; Todos los dirigentes chuchistas estaban presentes, Zambrano, Navarrete, Naranjo y, por supuesto, estábamos 12 senadores y como 50 diputados, además de 23 presidentes de comités estatales y Leonel Godoy, que llego, a medio acto, acompañado de Silvano Aureoles. Estaban además, los líderes de dos corrientes (que luego los adversarios llaman “tribus”) importantes del PRD; Marta Dalia Gastelum, de Foro Nuevo Sol, mejor conocidos por que su dirigente mas importante es la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, además del diputado Luis Hernández de la corriente Alianza Democrática Nacional (ADN) que preside el senador Héctor Bautista, a la cual pertenece (de sorpresa) Graco Ramirez.
Los discursos llamaron a la unidad, a recuperar el proyecto de la izquierda mexicana y a considerar al PRD como un partido moderno, creíble y “no pendenciero”. Habló Jesús Zambrano, los dirigentes de las corrientes aliadas, Carlos Navarrete, Leonel Godoy y, por supuesto Jesús Ortega.
Carlos Navarrete hizo el discurso más polémico; recorrió la historia de la izquierda desde la campaña de Valentín Campa hasta la actualidad, fustigó a quienes arriban a la izquierda buscando secretarías de estado o puestos diplomáticos y transitan de un lado a otro (no lo dijo, pero todos sabíamos que se refería a Muñoz Ledo) y además acuño una frase que será polémica toda la semana; el PRD no solo debía seguir siendo un partido que reclame justicia para los sectores más pobres de México sino que deberíamos ser un partido que vea por los intereses de otros sectores “como las clases medias y los empresarios” y construir un partido moderno, amplio, como sucedió en Chile con el Partido socialista o en Brasil con Lula y el Partido del Trabajo.
Jesús Ortega, tuvo la intervención que todos los asistentes esperábamos, planteando que el PRD debe seguir unido y debería evitar caer en las prácticas de la derecha de culto a la personalidad y la tendencia al individualismo en vez de la acción social y colectiva. Fue muy claro al decir “Basta” a los ataques de los adversarios, de los enemigos y “hasta el fuego amigo” que será respondido puntualmente cada vez que NI sea atacada. Por último terminó con la frase ya dicha por Guadalupe Acosta durante la polémica semanal; “el partido no debe ser de una sola corriente, pero tampoco puede ser propiedad de una sola persona”.
El acto terminó a mediodía cantando el himno nacional con la v de la victoria en la mano y pensando que apenas empieza la verdadera lucha por la dirigencia nacional del partido. Dios nos agarre afiliados.
Una maniobra juvenil de un amigo de mis hijos, que lleno la camioneta de muchachos que iban rumbo al festival musical, me obligo a dirigirme anticipadamente y en taxi, al aeropuerto y tratar de tomar un vuelo temprano a la ciudad de México. Eso me dio oportunidad de llegar tranquilo, sentarme a leer y deambular por los pasillos. Sorpresivamente, me encontré con Jesús Ortega, quien hablaba por teléfono en uno de los sillones de la sala de espera. Me saludo afectuosamente y le confirmé que iba especialmente al acto de apoyo a su precandidatura y que me daba gusto encontrarlo. Minutos mas tarde nos llevamos otra sorpresa, al entrar al avión, en los primeros asientos, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas leía un periódico local. Al vernos, esbozo una sonrisa posible, y saludo afectuosamente a Chucho, “como te va, Jesús”, “Bien, ingeniero, aunque ya ve como se están complicando las cosas”, “parte de la diversión” le contestó el fundador del PRD con la sonrisa totémica de siempre. Yo solo pase de largo y lo salude de mano, “Javier Castellón, de Nayarit, ingeniero” “Si como no, gusto en saludarlo,” fue su respuesta.
Al dia siguiente, el acto matutino estuvo interesante; Todos los dirigentes chuchistas estaban presentes, Zambrano, Navarrete, Naranjo y, por supuesto, estábamos 12 senadores y como 50 diputados, además de 23 presidentes de comités estatales y Leonel Godoy, que llego, a medio acto, acompañado de Silvano Aureoles. Estaban además, los líderes de dos corrientes (que luego los adversarios llaman “tribus”) importantes del PRD; Marta Dalia Gastelum, de Foro Nuevo Sol, mejor conocidos por que su dirigente mas importante es la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, además del diputado Luis Hernández de la corriente Alianza Democrática Nacional (ADN) que preside el senador Héctor Bautista, a la cual pertenece (de sorpresa) Graco Ramirez.
Los discursos llamaron a la unidad, a recuperar el proyecto de la izquierda mexicana y a considerar al PRD como un partido moderno, creíble y “no pendenciero”. Habló Jesús Zambrano, los dirigentes de las corrientes aliadas, Carlos Navarrete, Leonel Godoy y, por supuesto Jesús Ortega.
Carlos Navarrete hizo el discurso más polémico; recorrió la historia de la izquierda desde la campaña de Valentín Campa hasta la actualidad, fustigó a quienes arriban a la izquierda buscando secretarías de estado o puestos diplomáticos y transitan de un lado a otro (no lo dijo, pero todos sabíamos que se refería a Muñoz Ledo) y además acuño una frase que será polémica toda la semana; el PRD no solo debía seguir siendo un partido que reclame justicia para los sectores más pobres de México sino que deberíamos ser un partido que vea por los intereses de otros sectores “como las clases medias y los empresarios” y construir un partido moderno, amplio, como sucedió en Chile con el Partido socialista o en Brasil con Lula y el Partido del Trabajo.
Jesús Ortega, tuvo la intervención que todos los asistentes esperábamos, planteando que el PRD debe seguir unido y debería evitar caer en las prácticas de la derecha de culto a la personalidad y la tendencia al individualismo en vez de la acción social y colectiva. Fue muy claro al decir “Basta” a los ataques de los adversarios, de los enemigos y “hasta el fuego amigo” que será respondido puntualmente cada vez que NI sea atacada. Por último terminó con la frase ya dicha por Guadalupe Acosta durante la polémica semanal; “el partido no debe ser de una sola corriente, pero tampoco puede ser propiedad de una sola persona”.
El acto terminó a mediodía cantando el himno nacional con la v de la victoria en la mano y pensando que apenas empieza la verdadera lucha por la dirigencia nacional del partido. Dios nos agarre afiliados.
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