Reunirse con antiguos compañeros de generación de la Escuela Secundaria Federal de Santiago Ixcuintla después de ¡¡32 años!! de egresados de ese plantel, tiene ingredientes que, de seguro, pasan otros grupos similares al juntarse después de tanto tiempo y recordar sus hazañas y vivencias juveniles. Los recuerdos se convierten en relatos que mezclan la realidad de lo que pasó y la fantasía de lo que hubiéramos deseado que pasara. Ayer, en “la Isla de Mexcaltitan”, tradicional restaurante santiaguense de mariscos, nos dimos cita un poco mas de 20 egresados de la generación 72-75. La comida de mariscos, las cervezas Pacifico dieron el marco para que cayera del tiempo una avalancha de anécdotas, que cada vez que se cuentan aportan un elemento nuevo a la leyenda.
Aparecieron fugaces los recuentos de noviazgos infantiles de besos inocentes y de largas caminatas tomados de la mano, de la fuga y posterior caída desde un techo del terribilísimo Amadeo Villela a unos días de nuestra graduación, de las correrías de “El Botas”, de los enamoramientos de Mundo Betancourt (que por cierto la niña de sus desgracias estaba presente). Esta vez, la reunión estuvo dedicada a José Luis Hernández “El Babuchas”, quien se recupera bien de un accidente cardiovascular y que emocionado recibió un ramo de flores que fue entregado por Lilia Castro, la entusiasta organizadora de la reunión.
Nutrida con respecto a otras reuniones pasadas, la tarde pasó entre recuento de vidas, divorcios, hijos y trabajos de quienes ahora andamos por los 47 o 48 años. Sin embargo, en los ojos y sonrisas de Lupita Covarrubias, la inteligencia de Luchi Narváez, la simpatía de Nany Ceballos, la presencia enigmática de Licha Correa, las risas de Gloria y la platica agradable de Dora Mendoza, siempre estuvieron presentes los días de adolescencia, los pasillos de la secundaria federal, las tardeadas en la mutualista y las declaraciones de amor a los 12 años que Paty Ruiz, Tichi Lizárraga y yo recordamos con gusto.
Que bellas señoras son ahora Chacha Navarro y la estrella Chely Márquez que sigue cantando tan bien como el día de su debut en unos honores a la bandera en los días lejanos del año 73 y de verdad, Lolita Alcántar resaltaba por su belleza e inteligencia.
La cita es el próximo invierno santiaguense, cálido como siempre. Cada uno de nosotros se compromete a llevar uno más de los miembros de la generación que ahora no se enteraron. Ojalá y ahí estemos, porque recordar es vivir, porque vivir es jugar con la realidad de lo que fue y la fantasía de lo que quisimos ser y hacer. A estas alturas, se vale soñar y más, a ser los adolescentes que fuimos.
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